29 mar 2011

Santa Chemestry




Santa Loratadina,

Protectora de alérgicos afectados,

Ampáranos en tu estructura química,

Protegenos de las histaminas,

y presérvanos del rush.


Amén.



26 mar 2011

Fire Maw

Spits red fire the dragon
Spits and feels afraid
Smells the earth underneath him
Moves its head ahead

In the middle of the darkness
The dragon has been seen
Someone not in the madness
But with speach sort of keen felt to ask him:

Are you happy in this cavern?
Are you happy with your soul?
Is your lady just beside you?
Or is the one you just kicked off?

Poor dragon in the darkness
Spits its fire all along
Did not see the gentle lover
That brought to him pure soul

"Who are you?" dragon said
"Who the heck are you?"
"Unnecessarily rude", she answeared
I´m the one that just passed through."







24 mar 2011

Mobile Stout-ing Blues


Die cell phone die
You´ve enjoyed your bath of rice
Gently asked me in the night:
Do I still have to survive?

It did not suffer
Till the end showed it laughter
Slowly lost its power
So I brought to it yellow flowers.

First bath of beer
Dark and brown like smooth deer
Full of smoothy foam It sank alone
After a life of loan.

R.I.P.


Gegenpole



Los dos son fuego:

Ella azul, él vermelho.

El la ataca,

Ella escapa.

Ella lo protege,

El la repele.

Ella lo ve.

El tapa su ser,

Esconde su alma,

Se colma de escamas.

Ella respira hondo:

"Hasta pronto,

pequeño ser del fondo”

Y te vi caer.

Tendí mi mano

Y escupiste mi tez

Tragué mi saliva y mi orgullo

Rehuyendo a tu verdad

Tendí mi mano una vez más

En honor al amor celestial.

Tu furia de hierro al salir de tu infierno

Llena tus ojos de oscuridad.

Pregunto cuál es el final

Dejarte allí atrás?

Limpia tu ver, pequeño ser

Que irradio verdad.




4 mar 2011

En Abril, talk to me.

Texto extraido de "LA GLORIOSA MAÑANA DE ABRIL EN QUE ME CRUCÉ A LA CHICA 100% PERFECTA PARA MÍ", de Haruki Murakami.

"Había una vez un chico y una chica. El chico tenía dieciocho años y la chica dieciséis. Él no era especialmente apuesto y
ella no era especialmente hermosa. Eran un chico y una chica como cualquier otro. Pero los dos creían con todo su corazón que en algún lugar del mundo había un chico 100% perfecto y una chica 100% perfecta para ellos. Sí, los dos creían en milagros. Y el milagro ocurrió.
Un día los dos se cruzaron en una esquina.
“Alucinante”, dijo él. “Te estuve buscando toda mi vida. Aunque no me creas, eres la chica 100% perfecta para mí”.
“Y tú eres el chico 100% perfecto para mí”, dijo ella. “Eres tal como te imaginaba. Es como un sueño”.
Se sentaron en el banco de un parque, tomados de las manos, y se contaron la historia de sus vidas. Hablaron durante horas. Ya no habría soledad para ellos: habían encontrado a la persona 100% perfecta. Un milagro, un milagro cósmico.
Sin embargo, mientras conversaban, un ínfimo matiz de duda fue asomando en sus corazones: ¿podía ser que los sueños se hicieran realidad tan fácilmente? En un silencio de la conversación, el chico le dijo a la chica:
“Probémonos. Por una única vez. Si realmente somos 100% perfectos para el otro, volveremos a encontrarnos. Y cuando eso ocurra sabremos que somos el uno para el otro, y nos casaremos, ese mismo día. ¿Qué dices?”
Ella asintió: “Es lo que tenemos que hacer”.
Así que se levantaron del banco y se alejaron por el parque, uno en dirección al este y el otro hacia el oeste.
Pero el trato que habían convenido era por completo innecesario. De hecho, jamás debieron comprometerse a tal cosa, porque eran realmente el uno para el otro, y sólo un auténtico milagro había permitido que se encontraran. Pero, claro, cómo habrían de saber tal cosa dos mocosos como ellos.
Las caprichosas mareas del destino procedieron entonces a sacudirlos sin piedad.
(...)
El tiempo pasó con asombrosa rapidez. Pronto él tuvo treinta y dos años y ella treinta. Y una mañana maravillosa de abril del año 1981, él andaba buscando un bar donde tomarse una buena taza de café y ella iba al correo a despachar una carta. Él iba caminando en dirección al oeste y ella iba en dirección al este por la misma callecita transversal del distrito Harajuku de Tokio. Cuando se vieron, un leve chispazo iluminó durante el más breve de los instantes los pasillos vacíos de sus memorias. Cada uno de los dos sintió un temblor en el pecho y supo:
Es la chica 100% perfecta para mí.
Es el chico 100% perfecto para mí.
Pero aquel destello de sus memorias fue demasiado leve y ni el uno ni el otro tuvo la claridad de pensamiento que había tenido catorce años antes. Se cruzaron sin decirse una palabra y cada uno siguió su rumbo, hasta perderse en la multitud, para siempre.
(...)
Qué historia triste, ¿no?"